Como buenos cocinillas supongo que habréis oído hablar del solomillo Wellington, y a los que no os diré que es un solomillo de ternera envuelto en hojaldre. Pues yo he hecho mi propia versión con salmón.
No os he puesto las cantidades para que lo adaptéis a vuestros gustos o vuestras necesidades, según los comensales, según si os gusta más un ingrediente que otro… El hojaldre que compré fue el de las cajas de marca Carrefour (para que os orientéis con las medidas), y sobre cada plancha puse un trozo de salmón de tamaño medio. Para dos rollos puse dos cebolletas y el equivalente a dos cucharadas de roquefort y una cucharadita de mantequilla, aunque la próxima vez le pondré cuatro cucharadas de roquefort en vez de dos para que quede más sabroso y un poco más de cebolleta.

Ingredientes:
filetes o lomos de salmón sin piel ni espinas
-arroz vaporizado
-una plancha de hojaldre (o dos, según cuantos rollos hagáis)
-cebolletas
-mantequilla o margarina
-roquefort
-1 huevo batido
Preparación:
Cocemos el arroz. Mientras picamos las cebolletas, las rehogamos unos minutos en mantequilla y le agregamos el roquefort. Fundimos por completo el roquefort. Reservamos.
Enjuagamos y escurrimos el arroz. Reservamos.
Estiramos la plancha de hojaldre. Aunque las compro estiradas, les paso el rodillo por encima para expandirlas un poco más. Esparcimos por encima el arroz procurando no llegar hasta el extremo opuesto porque sino, cuando hagamos el rollo se nos puede desbordar. Encima del arroz colocamos el salmón a lo largo y cerca del extremo por el que vamos a comenzar a enrollar y sobre este las cebolletas con el roquefort. Enrollamos y sellamos bien los extremos. Yo lo hago mojándome el dedo en agua y pasándolo por las aberturas hasta que se quedan completamente pegadas. En la bandeja de horno colocamos una hoja de papel de hornear, ponemos el o los rollos y pintamos con el huevo batido.

 

Precalentamos el horno a 190º, metemos la bandeja con el rollo (o los rollos) hasta que el hojaldre esté hecho.